sábado, 7 de agosto de 2010

Mi vida sin Dios


Cuando asumió el cargo, la primer ministro de Australia, Julia Gillard, dió una entrevista donde aclaró que era ATEA, aparte de soltera y sin pretención de tener hijos. “No se necesita creer en dios para ser una buena gobernante”,dijo. Los “aussies” son progre, pero nunca tanto, así que igual su “confesión” generó comentarios. Por supuesto, el líder opositor, no pierde ocasión para exhibir sus diferencias con la suelta de cuerpo de la Gillard. Es así como cada vez que puede tira frases del tipo “cuando pienso en mi ESPOSA y mis HIJOS...” (cualquier similitud con Chile...es solo una coincidencia).


Yo te entiendo, Julia. No es mi intención, pero suponiendo que el día de mañana llegara a ostentar algún cargo público de importancia, tendría que salir a dar explicaciones, ídem que tú.

Resulta que soy agnóstica. Y no ex católica convertida, como la mayoría de los agnósticos o ateos que conozco, sino que CRIADA fuera de la fe. The real “mora”, porque ni el bautizo tengo. Debe haber más personas comunistas-judías-negras (todo junto) que gente sin ningún sacramento encima, pienso. Soy una minoría dentro de una minoría.

Esta “condición”es consecuencia de la férrea, porfiada y, en honor a la verdad, un poco intolerante ideología come-fraile de mi padre, Julito Bonito. La leyenda familiar dice que Don Moreno impuso a fuego sus ideas subversivas y pasándose por ahí mismito los convencionalismos imperantes en el Osorno de Chile de 1981, simplemente se negó a que un célibe con vestido me echara agua “disque” bendita en la cabeza. Su argumento fué que yo no tenía posibilidad alguna de reclamar y que le parecía un atentado a mis derechos humanos andarme imponiendo religiones cuando ni siquiera podía decir ma-má. Que la cabra escoja si quiera andar en las iglesias cuando tenga el criterio formado, dijo. DONDE LA VISTE, digo yo. Julito me educó en el ateísmo... y del más brígido.

Recuerdo con especial cariño aquella ocasión en que Don Moreno me envió donde unas monjitas que paseaban por la plaza de Osorno, con la instrucción de decirles “pingüino”. Mi mamá – la Gicha, criada en el catolicismo soft rural – se opuso, pero Julito ganó la mano y como soy una niña obediente, fui nomás. A su juicio, las monjas eran unas viejas locas, flojas, reprimidas y crueles que se dedicaban a echarle cuco a la gente con el infierno, y que sobrevivían con dinero de dudosa procedencia, así que nada de andarles haciendo reverencia. Ateo activista el hombre.

Ser no creyente o no religioso puede parecer una postura muy cool por estos días de escándalos vaticanos y curitas pedófilos, pero en aquella época no era ningún chiste.

En incontables ocasiones tuve problemas con la profe de religión - ramo que según la letra muerta de la ley era optativo – quien insistía en hacerme parte de la clase. “Voy a rezar por tí para que encuentres la fe”, me decía. Mis compañeritos de curso tampoco comprendían eso de no ir a misa. Cuando les explicaba que yo no era católica, y tampoco musulmana, judía ni evangélica, invariablemente, se ponían a especular sobre el destino de mi alma. Tras varias jornadas de deliberaciones, la sentencia fué que si yo era muy muy buena, a lo mejor me iba al purgatorio.

En un momento de mi infancia, eso de ser una outsider en temas de fe me comenzó a caer mal. Me aprendí el Padre Nuestro para disimular mejor en caso de emergencia, pero cuando llegaba la época de las primeras comuniones, mi fachada se caía a pedazos. A ratos, odiaba un poco mi “condición”, aburrida de andar dando explicaciones. Incluso un rato amenacé con convertirme al catolicismo. Don Moreno me respondió que cuando fuera mayor de edad podía hacer lo que quisiera, pero mientras viviera bajo su techo nada de rezos ni webadas pechoñas. Mi hermano también anduvo medio rebelándose e incluso asistió a un buen par de misas. Pero al parecer la crianza pesa más, porque ambos seguimos siendo “moritos”.

Con el tiempo aprendí a entender y respetar la fé de los otros. Me produce cierto grado de fascinación la confianza que depositan en el creador. Incluso me da un poco de envy, porque encuentro que es más fácil ser que no ser. La gente que NO és, vive bajo sospecha de falta de virtuosismo, de no tener valores ni moral (preferentemente moral sexual) o de ser derechamente mala, porque es gente que no está sometida al debido control.

En tanto, mi relación pesonal con Dios sigue siendo a medias. A ratos como que pololeamos, le hablo o siento que “algo” hay. Este es el motivo por el cual me declaro agnóstica y no atea: que se yo si Dios existe o no. Prefiero pasar por amarilla que andar jurando de guata algo que de verdad NO SÉ.

Mi relación con la Iglesia, en cambio, es como la mierda. A la institución no la puedo ni ver, principalmente porque encuentro de lo más ordinario eso de andar metiéndose en la vida privada de la gente. Con la iglesia, el edificio, no es mucho mejor. Puedo contar las veces que he entrado a una con los dedos de las manos, todas para funerales, bautizos y matrimonios, en los cuales guardo respetuoso silencio, porque aparte no me sé ni los rezos ni los cantos.

Por su parte, Julio Moreno, porfiado él, se sigue quedando afuera, o en el mejor de los casos, se sienta en el último puesto... listo para arrancar de la ira del Señor.


PS: algunos ateos famosos, para que mis amigos herejes no se sientan solitos:

Friedrich Nietzsche, filósofo alemán

Luis Buñuel, cineasta español

Janeane Garofalo, actriz estadounidense

Giussepe Garibaldi, unificador de Italia

Bruce Lee, actor chino

Karl Popper, filósofo austríaco-británico

Alexander McQueen, diseñador británico

Karl Marx, duh!

Sir Ian McKellen, actor inglés

Simone de Beauvoir, filósofo francés

Woody Allen, director, actor y guionista estadounidense

Björk, cantante islandesa

Albert Camus, filósofo y novelista francés (estos fraceses son tan revoltosos...)

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis

Javier Bardem, actor español

Noam Chomsky, filósofo y escritor

Eddie Vedder, vocalista de Pearl Jam

Thomas Edison, inventor estadounidense

Alejandro Amenábar, director de cine “chileno-español”

Charles Chaplin, actor, comediante, director de cine

Stephen Hawking, físico inglés

9 comentarios:

  1. No pude evitar reirme, la técnica de crianza de mi padre funcionó en ambos dos... menos mal que salimos parecidos en ese aspecto. te amo hermanita, nos hablamos.


    La vista de la casa de la Mathi es megaultrabacán! se vé 3/4 de Puerto Montt, pa que decirte del mar y de las montañas.

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  2. Sí es más difícil no creer, pero debo reconocer que cuando estoy en aprietos sobre todo, vuelve la esperanza, que dicen es lo último que se pierde...

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  3. Manis: es verdad...el Julio se salió con la suya. Pero creo que estuvo bien...se agradece no andar psicosiado con el lago de fuego.

    Felco: me pasa lo mismo...pero al rato vuelvo a la "normalidad"

    Todos: mi amiga personal Solito Cabrera me señala que es un mito que Einstein era ateo, que en realidad era judío. Lo borré de la lista porque le creo más a la Sole que a la wikipedia.

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  4. me haces tanto reir weona. demás está decir que julito bonito es mi ídolo aunque no lo conozco. si quisiera un papá, sería uno como él toodo el rato!

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  6. el Felipe se reía a gritos en el living de mi casa leyendo esto, a ratos me leía y me reía yo también.

    Crecer sin dios en una sociedad de creyentes sí que es difícil cuando se está acostumbrado a que los cuentos no sean más que eso...

    qué pasó cuando trataste de pingüinos a las monjas?

    saludotes!

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  7. Es extraña esta cosa de la "creencia". Me pasa sobre todo ahora con Mateo. Mucha gente me dice ¿y no lo vas a bautizar? Como si por dejar de hacerlo quitito se quedara absolutamente desprotegido y huèrfano en la vida. Mi respuesta es que no puedo imponerle algo de lo que no estoy segura. Sin embargo, si èl optara por abrazar una religiòn, mi apoyo será el más absoluto.

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  8. Ufff... cuantas pláticas hemos tenido al respecto? Incontables. Me considero católica-ecléctica-progre. Respeto a ateos, agnósticos, e incluso a quienes confunden esos conceptos. Me hace mucho sentido la crianza de la libertad de elección sobre todo en lo que a credos se refiere. A mi me inculcaron la fé católica desde siempre, pero más que eso, es el valor que tiene la espiritualidad en un persona, que según creo, va más allá de santos, vírgenes, o el mismo Dios. A mi juicio, eso marca la diferencia.

    Pero hay un tema que realmente me molesta, y es la inconsecuencia de algunos que se acuerdan de Dios y sacan todas las cruces y rosarios que tengan a mano cuando se ven "apuraditos". Me pregunto, para qué acudir a alguien/algo en quién no han creído jamás?

    Yo adhiero al laicismo, pero con respeto a quienes elegimos líbremente la opción de creer en una religión, sin tener que defenderla.

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  9. Creo que a quienes eligen una religión y a quienes no la eliguen se les falta el respeto por igual. En realidad, el deporte favorito de mucha gente es faltarle el respeto a quién es diferente a ellos. Eso explica el nivel de violencia que uno lee en los blog sobre temas políticos, valoricos y hasta artísticos, con gente acusando a todo el resto de ignorante, inculto, equivocado, etc... con este post, yo solo quize relatar mi experiencia, pero se que es solo una experiencia diferente, no la experiencia correcta.

    Espero que nadie se haya sentido ofendido!

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