lunes, 20 de diciembre de 2010

Carta al Viejo Pascuero (aka Santa Claus, aka Papa Noel, aka Father Christmas)


Querido viejo guatón:

Mi nombre es Valeria Caterina Moreno Yánez…tú sabes quién soy, no te hagas el weón. Soy la niña flaca y crespita que vivía en Puerto Montt, en la pobla Pichi Pelluco cuando niña y que te pidió todos los años unos patines. Sí, patines, como estos:



Bueno, para que veas que perdono pero no olvido, casi 20 años después, estoy aquí para enrostrarte que nunca me los llevaste. Yo era la única de la pandilla que no tenía y me vi obligada a andar mendigándoselos a mis vecinos. Me siento hasta el día de hoy ESTAFADA. ¿No se suponía que si uno se portaba bien y se sacaba buenas notas el Pascuero cumplía tus deseos? Pues para que te enteres, nunca tuve una anotación negativa y todos los años saqué promedio 6,8. En cambio a mi hermanito, que vivía rompiéndole los vidrios a los vecinos,  SI le llevaste su pelota de fuchibol… para que siguiera rompiendo vidrios, me imagino. ¿Qué criterio de selección usas? Te voy a denunciar-te al SERNAC por publicidad engañosa, viejo chamullento.

En fin.  Hechos mis descargos, paso a la parte linda de la Navidad, porque para que sepas, yo AMO la Navidad. Voy a ser bien sincera, ah. Nunca creí en tí…Caché que eras una invención folclórica desde bien chica. De hecho, a los seis años le informé a mis padres que lo sabía todo, para que no se desgastaran en arrendar trajes y esas macanas. ¿Cómo lo supe? Simple lógica, longui… ¿Quién podría tragarse que un viejo obeso en trineo puede entregar regalos a los niños de TODO el mundo en una pura noche? Por mucha magia y mucho cambio de hora, no alcanza po Pascuo. Además, los regalos venían envueltos en papel de “Corona, lo soluciona”. Muy mala tu política comunicacional.

Bueno, sigamos. La Navidad en mi casa siempre se celebró en grande, pese a que Julito Bonito y la Gicha no son muy seguidores de Jebús, por tanto, no se celebraba su cumpleaños como en otras casas. Nunca tuvimos pesebre ni fuimos a misa. En mi casa, la Navidad es lo que muchos critican como “fiesta del consumo”, o sea, una ocasión para intercambiarse regalos. TAL CUAL. No tengo complejo alguno por ello, fíjate, porque creo que las cosas folclóricas no tienen porqué tener explicaciones racionales ni menos espirituales. O sea, si fuera por eso, ¿Qué hacen los shilenos celebrando el nacimiento de un profeta judío y la llegada de un viejo vestido de lana en pleno verano? Más encima, los “expertos” dicen que Jebús ni nació el 25 de diciembre, sino que en sus inicios los cristianos buscaron una celebración pagana (el nacimiento del sol/ solsticio) para meter la puntita con la nueva religión oficial. Así que no me vengas a joder.

Yo encuentro que sea cual sea el significado de la Navidad en cada casa, tener un día especial para estar con la familia o los amigos, comer rico y (lo mejor) hacerse regalitos es LO MÁS. Yo al menos, disfruto ese momento en que abro los regalos como si tuviera ocho años de nuevo, porque me encantan las sorpresas y el papel de regalo y la cinta y toda la challa. No tiene porque ser cosas de alto valor económico, no me malentiendas Pascuo. Lo que me gusta es el RITO, aunque me regalen puros calcetines.

De hecho, para que veas que de verdad agradezco tu gestión estos últimos 29 años y que te perdono lo de los patines,  te escribí una lista de los regalos más memorables que me hiciste EVER, no tanto por su valor comercial, sino por lo mucho muy feliz que fui con ellos. A saber:


1-Popple:

Es el primer regalo navideño del que tengo plena conciencia. Me acuerdo como si fuera ayer cuando abrí el papel y vi esa cola pompón de colores chillones y salté de emoción. El mono, por si no te acuerdas, traía una especie de marsupial en la espalda, así que se hacía bola (el Transformer de los peluches). El Popple aún existe, pero perdió su cola tras un accidente con la pelela de mi hermano.



2-Bicicross

No fue la primera bici que tuve. La primera fue una de paseo celeste con canasto, que hice cagar saltando en rampla con mis amigotes. Cuando me quedó chica, me llevaste una bicicross amarilla marca “Lahsen” de todo gusto, que saltaba más alto aún que la de paseo. Fue mi mejor amiga y compañera de aventuras en la pobla Pichi Pelluco por muchos años, hasta que salió la Mountain Bike y las bicicross pasaron de moda. Yo, sin embargo, no quise tener bici con cambios y me quedé fiel a mi Lahsen. (Igual que ésta, pero amarilla)



3-Carrera del Saber

Siempre he sido ñoñita, y como a todos los ñoñitos, me gustan los juegos de mesa. El más popular cuando yo era (¿era?) péndex, sin duda fue “Gran Capital”, pero como yo soy regionalista no me gustaba. Además, la economía nunca ha sido mi fuerte, así que era un desastre en eso de comprar barrios e invertir en propiedades. Por eso prefería La Carrera del Saber, un juego muy nerd en el que ganaba el que sabía más respuestas. Traía 6 libritos con preguntas de tópicos como Deporte y Recreación, Historia, Ciencia y Trivia (que era mi favorito). Al final de tanto jugar ya me sabía todas las preguntas y nadiennnn quería jugar conmigo. En fin.



4-Tele a color

En mi casa había una sola tele, de esas que había que cambiar los canales manualmente, hasta que el Pascuero me regaló mi propia telita de 12 pulgadas, con CONTROL REMOTO. Ese fue el punto de inflexión, el momento decisivo, el día D en mi consabida adicción a la pantalla chica. Tampoco es que hubiera mucho que hacer en Puerto Montt, donde llovía 11 de los 12 meses del año, así que no fue enteramente MI culpa volverme una tevita. Aquella tele a color me acompañó fielmente por más de 10 años, hasta que un día, cansada, se apagó sin más. Pero no me da pena, porque todas las telitas se van al cielo.


5- Plancha para el pelo

Aquí me pegué un salto más o menos, porque esta la recibí hace como cuatro años nomás. Pero no por eso deja de ser uno de los mejores regalos de parte de Papa Noel. No es que no me guste mi pelo ondulado, pero ¡vamos! que la chasquilla me queda mejor lisa. Además, nunca más tuve que ir a una peluquería a “peinarme”. Ocasión especial que hay, ahí esta mi fiel plancha para dejarme la pelita brillosa y sedosa. Grande Pascuero!




Eso es todo. Este año no te pido nada, porque tengo todo lo que necesito y porque estoy muy a trasmano. Mejor llevale los regalos que me tenías guardados a la gente que lo perdió todo en el marrrdito terremoto. Ya tendremos nuestro reencuentro, Viejo Pascuero.

Ah… FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

FIN

PS: va mi video Navideño favorito para todos los que habitamos el hemisferio sur.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Soy una delincuente

Post dedicado a los 81 reos que murieron en el incendio de la Cárcel de San Miguel y a sus familias.

Es jueves en las Australias y como todos los días (salvo que este con caña)  me despierto y prendo el PC para hablar con mi gente en Chile. Abro Facebook para sapear qué hay de nuevo y para actualizarme rápidamente de las últimas novedades noticiosas, todo en uno. Y me encuentro con horror con que un incendio acabó con la vida de 81 presos en la comuna de San Miguel. ¡Bien muertos! comentan algunos. Y a mí, me HIERVE la sangre.

No es que sea anarquista ultronas de esos que piden la liberación de todos los “secuestrados del Estado” y no me voy a meter a filosofar respecto a eso de que el hombre es bueno y la sociedad lo corrompe. Simplemente, en el siguiente ensayo chanturri, quiero denunciar un hecho empírico: todos somos un poco delincuentes. La diferencia es que no pagamos por nuestros actos, porque somos “gente honesta y decente”.

No  hace mucho me comentaba con una amiga que estudió en el prestigioso y firulais Colegio Alemán de Temuco, que varios de sus compañeritos de curso, rubios de apellido no-español se robaban dulces del quiosco. Usted dira… ohhhh, pero eso no le hace daño a nadie, es una “travesura” nomás. Pues yo digo: con su capricho, esos “niños bien” le estaban perjudicando la Pyme a una señora – la tía del quiosco – que con esfuerzo se gana la plata para la cazuela,  y además, sin NINGUNA necesidad económica de por medio. Ahora bien, si usted ve a un cabro morenito, mechas de clavo y mocos colgando pelándose algo de un negocio, entonces ahí SI se trata de un flaite de mierda que merece las penas del infierno. Ese punga ya no es un niño haciendo leseras porque es joven y leso, sino que merece ser imputable ante la justicia porque a esa edad la gente YA sabe lo que es bueno y malo, señores!!!

Sigamos. Los  presos que murieron no eran todos psicópatas violadores de niños, sino en su mayoría ladrones de poca monta. De hecho, había un tipo cumpliendo una condena menor por piratear películas. No nos hagamos los pavos lesos, que en este terreno casi el 100% de la gente que conozco tiene tejado de vidrio, incluyéndome. Julito Bonito siempre me decía cuando yo era peque que “la culpa no la tiene el chancho, sino el que le da de comer”, y ese pobre cabro  vio una oportunidad de negocio en piratear blockbusters  porque está lleno de ciudadanos “decentes” dispuestos a comprarle todo el stock aunque sean puras versiones  grabada con cámara en el cine (puaj!). El tipo se va 60 días precioso con la mala cuea que se muere en un incendio: nosotros seguimos la noticia desde la comodidad del hogar, entre comentarios del tipo “que bueno que se achicharraron los picantes estos, menos pungas de los que preocuparse”.

Otro ejemplo. Según yo, uno de los peores problemas en Chile es el narcotráfico. No solo por la cosa de la droga, sino por la organización delictiva, por las peleas territoriales en las poblas, por la bala loca que le pega en la cabeza a una niña inocente mientras iba a comprar un Chocolito al negocio de la esquina. Pues bien, la “gente decente” no trafica, pero si COMPRA. De hecho, el mercado de la coca en Chile no está en la población La Bandera, sino en el barrio alto de Santiago, epicentro de la GCU. Pero no solos ellos, los “cuicos” alimentan la industria, sino también todos los que van a comprar pitos a las barriadas, muchos de ellos muy decentes estudiantes universitarios. Qué esto se soluciona legalizando la yerba? Puede ser, pero no nos pisemos la capa entre superhéroes: por el momento usted está siendo cómplice de los narcos. Pero usted no va a la cárcel, salvo que sea tan weon de andar con 10 pitos en los bolsillos y lo imputen por microtráfico.

Decir que además esta lleno de ladrones de cuello y corbata que no pagan por sus delitos y bla bla bla sería un lugar común de lo mas fome, así que mejor relataré un hecho con el que me toca lidiar por estos días. Estoy trabajando de vendedora en una tienda de vestidos, cuyos precios fluctúan entre 25 y 350 dólares. La pega me gusta un kilo, pero me estresa un poco estar pendiente de que nadie se robe los putos vestidos, porque resulta que las niñitas bien aussie, con su pelito rubio y carita de Nicole Kidman, con tanta fiesta de graduación y carrete pituco, NECESITAN una tenida nueva para el fin de semana y como ya usaron toda la mesada, no les queda otra que robar. Si las llegan a atrapar, no me queda claro que pasaría con ellas, pero sospecho que a parte de pagar alguna multa y llevarse el mega castigo de papi y mami, las Nicoles Kidman no se van a “Canadá”.

Y es que la gente “bien” merece el beneficio de la duda pues. Cómo le vamos a cagar el futuro a una chiquilla que a todas luces llegará lejos en la vida, no como el Cisarro.

Pero no es mi intención sermonear y hacerme la santurrona, así que sirvase leer el siguiente perfil:

Periodista de 29 años con un Diploma en Comunicación Corporativa de la Pontificia Universidad Católica. Suena bonito ah? Que niña más decente.
Ahora lea el siguiente prontuario:

-         Cuando estaba en la U, se robó tres faldas de la ropa americana de Maipú.
-         Fue cómplice del robo de una polera en Falabella, Mall Plaza del Trébol.
-         Manejó en estado de ebriedad en dos ocasiones, poniendo en riesgo su vida y la del resto.
-         Se quedó con el vuelto de más que por error le pasó una vendedora de retail.
-         Ha adquirido películas piratas en varias ocasiones.
-         Compra sin boleta en la cuneta de Patronato.
-         Bebió alcohol en la vía pública

Ok, ni cerca del prontuario de María del Pilar Pérez, todas son faltas menores, PERO que de una u otra forma perjudican a un tercero. Y esa es la semilla de la maldá: la falta de empatía con el dolor ajeno. Como cuando uno se alegra con las tragedias en las cárceles, ve?


FIN

lunes, 6 de diciembre de 2010

Liv mi alon, blodi sosayiti!


Varias veces leí en esas revistas femeninas que tienen en la peluquería y la consulta del dostor, que cuando una mujer bordea los 30, invariablemente le viene una crisis existencial. Pues bien, ha llegado ese momento para mí y debo decir que, si bien el concepto de crisis existencial me parece un poco MUSHO, efectivamente uno se pone emo.

Haciendo uno de mis famosos piscoanálisis chanturris, debo decir que tengo una teoría: muchas de las crisis etáreas que vivimos a lo largo de la vida tienen mucho, pero MUCHO que ver con la presión que la sociedad ejerce sobre nuestros pobres hombritos. Porque sí señores, he descubierto que no es mito, efectivamente cuando una llega a los 30 todo el planeta te EXIGE que hayas cumplido con ciertas etapas. La gente quiere saber CUÁNDO pretendes casarte; si ya estás casada, la pregunta es CUÁNDO pretendes tener hijos (porque se te va a pasar el tren o los cabros te saldrán con cola de chancho) y si ya tienes un hijo, CUÁNDO le darás un hermanito a tu mocoso, porque vieran lo malcriados y delincuentes que salen los hijos únicos! (cosa de ver a la Pérez nomás)

Esta situación puede, en teoría, parecer súper llevadera. Uno, como dice mi amiga Vane, debería responder con megáfono en mano PICHULA con la gente. Pero la realidad es que cuando las preguntas se hacen habituales, uno se empieza a apestar. Porque uno no es ná un roboc. La “persona humana” tiene sentimientos y se pone mal – o al menos se molesta - cuando le dicen esas cosas, para que vamos a mentir.

A la presión social ejercida por el círculo cercano, mediano y lejano se suma el comportamiento por imitación. Porque #confieso que antes de que mis amigas cercanas empezaran a quedar chaqueta, eso de tener críos no me tentaba nada. Pero cuando tu ami del alma tiene uno y le queda bonito, ya no te parecen tan gritones y cagones y se te mete la idea en la cabeza. Lo mismo ocurre con los matrimonios…cuando tus amigos se empiezan a casar, así como en patota, inevitablemente uno se pasa el rollo. A veces el rollo va acompañado de genuinas ganas de puro matrimoniarse, pero otras obedece a la sensación de que todo el resto sí y por qué yo no, Jebús!



Lo peor del caso es que a mí la crisis famosa esta me pilla en tierras lejanas y no es tan fácil encontrar el momento y la persona con quien echar puteadas. Más encima, para que se enteren, el primermundismo no es TAN progre como uno cree y la gente no tiene ni un empacho en opinar sobre lo que deberías hacer con tu existencia. Acá, más que nunca, la gente me ha preguntado por qué no me he casado, mientras que en Chilito ni mis señores padres, que son cincuentones de lo más promedio, andan preocupados de eso.

El momento más crítico lo viví en uno de mis trabajos voluntarios. Una de mis compañeras no paraba de hablar sobre su bebé, que estaba en China con sus padres pero que llegaría pronto de vuelta. Entre medio de la conversa, me pregunta si yo tengo niños y cuando le dije que no y que no estaba en los planes aún, ella me INFORMA que los babies son la parte más importante en la vida de una mujer. Luego se pone a discutir del tema con otra compañera y ambas meneaban la cabeza a modo de aprobación mientras argumentaban que las mujeres estaban siendo súper irresponsables al tener hijos tan viejas. Todo esto, para más re cacha, frente a una compañera de cuarentaitantos, que nunca tuvo hijos... por opción. Venguenzajenometro disparado.

Al parecer es un vicio muy extendido intentar uniformarle la vida a la gente. Para mi, que soy en general bastante tradicional y que #confieso sí me quiero casar y tener hijos algún día (CHAN!) ya es una joda. Imaginen como será para la gente que efectivamente se sale del molde chorreando y que no quiere casarse nunca, o que no quiere tener críos o que quiere tener hijos soltero o los quieren criar con su pareja del mismo sexo.

Buscando y buscando solución, o al menos una respuesta efectiva para sacarme de encima a los preguntones, llegue a varias posibles estrategias que revelaré solo porque ninguno de los destinatarios habla ni una palabra de español. A saber:

1-Decir que el tema ya ha sido conversado y que están descartados los babies para 2011, pero que se evaluará el 2012 una vez regresando a Chile. De ese modo, la persona se queda tranquila, porque no es que uno sea mujer desnaturalizada, sino que es planificadora no más.

2- Decir que en realidad tengo dificultades para embarazarme y que requiero tratamiento, el cual cuesta mucho dinero que en este minuto no tenemos. El interlocutor se sentirá como el ajo, pero bueno, quién lo manda a preguntar.

3-Decir que no voy a tener hijos sin estar casada. Y para casarme, tengo que juntar como 10 palos para hacer un matrimonio como DIOS y la Iglesia Católica, Apostólica y Romana manda... y en Chile, porque ni mi madre, ni mi suegra nos perdonarían casarnos lejos. De este modo, uno queda como la persona más conservadora y tradicionalista del planeta y no te webvean más.


Y eso. Bueno, no es que me guste andar mintiendo por la vida, pero si el preguntón no es nadie cercano (lo que debería per se eliminar la posibilidad de que te pregunte, pero ya vimos que no es así) me parece más efectivo este método. Mal que mal, mi objetivo no es defender mi forma de vida, sino que simplemente, que me dejen en paz.

FIN

PS: Si usted está en situación similar, siéntase libre de plagiar las respuestas 1, 2 y 3.
PS: Si usted es una de las personas que hace las preguntas, no lo haga más.
PS3. Una de las respuesta es , actually, verdá