martes, 13 de diciembre de 2011

Ridícula y mal acostumbrada



Ya, primero debo aclarar para los suspicaces de siempre que NO me he olvidado de que soy más chilena que los porotos con longa y que el vino Made in Chile es el mejor del mundo y toda la lista de chauvinismos que se les ocurra. Pero después de un año y medio viviendo en las Australias, como que uno se tiende a “acostumbrar”. Incluso, a veces me pongo toda EMO  pensando en que cuando me vaya voy a echar de menos el departamento de 3 x 4 donde vivimos, los vecinos pasados a flores, los negocios usureros e incluso al rusio del Unit 4 que lo tengo cachado es sapo y anda puro acusando a la gente con el dueño del edificio.

Uno se da cuenta de este acostumbramiento con cosas tales como dejar de encontrar caro todo, cuando vas a la playa ya no te quedas mirando a los cabros chicos jugar Criket en vez de paletas y como que no encuentras tan magnífico que los tipos de Australia Post te dejen encomiendas en la puerta de la casa porque total, nadieN se las lleva. Las cosas te entusiasman un rato y luego como buen ser humano, te acostumbras.  Pero igual, como dice el gran filósofo Alejandro Sanz, NO es lo mismo, es DISTINTO y por tanto hay cuestiones que a las que uno simplemente no logra acostumbrarse. Y como uno es teatral, no puede dejar de demostrarle al mundo con ASÍ CADA OJO cada vez que presencia estas cosas raras de las Australias.

Así que aquí les va mi lista de australianidades que aún me parecen raras después de un año y medio de residencia koalística. A saber:

La lolita que muestra el culo



Como acá no hay Metro y el transporte público nunca va lleno, el tradicional “agarrón de poto” del que casi toda mujer chilena ha sido víctima simplemente NO EXISTE. Ergo, la chiquilla australiana no teme usar falda-cinturón. Ojo, no digo que me parezca mal que las mujeres se vistan como quieran, y de hecho, hay varias que se ven regias estupendas con los “shores cortos” estilo hotpant que están de moda ahora. El cuento es que no me puedo acostumbrar a ver minas a las que se les asoma el glúteo a cada rato. Me quedo pegada mirándolas, tensa de que en cualquier minuto se les va a escapar la presa o se van a pegar un Bolocazo. Mis aplausos a las mujeres que no están ni allí con lo que piense el resto y bla bla bla, pero en serio, NO LE QUIERO VER EL CULO A TODO ADELAIDE. Lo dije y qué!

La musulmana transpirosa



Aquí nos fuimos al otro extremo. Como Oz en un país tan multicultural, está lleno, pero lleno de musulmanes, de esos que en Chile solo había visto por las noticias. Claro, la mayoría son “moderados”, o sea, no usan el atuendo aquel que las tapa enteras y que solo deja ver los ojos a través de unas rejitas. Igual hay unas más modernash que no están ni ahí con el dress code islámico y andan de occidentales por la vida, aunque la mayoría usa al menos el pañuelín en la cabeza. El resto del cuerpo igual se lo cubren todo, con ropa taquillera, eso sí. Pero lo que me perturba no es ni su religión, ni sus costumbres (de los que poco y nada sé, por lo demás) sino que anden con chaleco manga larga y pantalón con 40 grados a la sombra. Algunas mujeres incluso usan IMPERMEABLE (de esos que no tienen forma de nada) para taparse las curvas, aunque estén cayendo los Emus asados. Soy huasa yo así que NO PUEDO parar de mirarlas y de pensar que deben estar re-cagadas de calor y que en cualquier minuto se desmayan o se las lleva Alá. Me pasa lo mismo con las monjas en todo caso, así que no me vengan a acusar de tendenciosa, ah!

La falta de servicio de empaquetado



Imagine que va usted a Falabella un día a comprar regalos y cuando llega a la caja y pide que se lo envuelvan le hacen la medio TAPA. Bueno, eso es lo que me ocurre aquí cada vez que hago el intento de que le pongan papel de regalo a algún presente de cumpleaños o Navidad en el comercio establecido: me manda a la cresta de la ola (Australian style). Porque resulta que en Oz  no le usa que la vendedora de retail haga de empaquetadora, así que simplemente no tienen ese servicio. Tampoco está el mesón de los Scout para que te envuelvan tus recién adquiridos bienes de consumo por “una monedita” ni mucho menos. Así que no hay más remedio que ir a comprar un rollo de papel de regalo y envolver los presentes uno mismo, lo que para gente de dudosa motricidad (como yo) es diabólico. La otra es comprar los envoltorios ya armados o esas bolsitas lolas tipo Village, por la módica suma de 3 dólares con 99. Así no se puede vivir!

No se te puede “calentar el hocico”



Primeramente, es necesario aclarar que no es que el Australiano tenga más cultura chupiltica que uno, ya que de hecho los aussie son secos pal copete y jugosos como ellos solos. Lo que ocurre es que toman a otras horas o bien planifican la borrachera. El problema es que la mayoría de los supermercados no venden alcohol y las botillerías - que son de la misma cadena de supermercados – cierran máximo a las 9 pm. Después de esa hora, uno puede acudir a unas mini botillerías que están como atachadas a los bares y apelando a algún resquicio legal,  pueden abrir hasta la escandalosa hora de las 12 de la noche. CHAN! Ergo, si estás carretiando en una casa y se te acaba el copete, no hay donde miéchica comprar. No Kamadi available. No queda di otra que abastecerse, así que tenemos el medio arsenal de botellas de vino en el mueble del lavaplatos, por si nos da por embriagarnos sin previo aviso. Los únicos felices con este sistema son nuestros hígados, claro. Porque uno, que sigue siendo más chilena que los porotos con longa, quiere su Kamadi!

FIN

jueves, 20 de octubre de 2011

Puro oficio, washa, puro oficio.


Cuando yo estaba como en 5to básico, en mi libro de Ciencias Sociales de editorial Santillana había un capítulo sobre las profesiones y oficios. El título del capítulo era “Todos los trabajos son importantes y necesarios” y explicaba cómo el señor que recoge la basura es igual de importante que el Presidente, ya que sin  él (el que recoge la basura) estaríamos todos tapados en mierda.

Yo, como siempre fui un poco bolchevique y leí Ami el Niño de las Estrellas a muy temprana edad, me la compré toda hasta el día de hoy. A parte, en el dibujito que salía en mi libro todos los monitos salían sonrientes mientras desarrollaban su labor. Por eso no le hago asco a ninguna pega, en especial ahora que vivo en un país donde todo el mundo tiene acceso a sueldo digno, aunque sea limpiando la caca con más moscas (aprende, Chile)

Sin embargo, para que sepa usted, OTRA cosa es con guitarra. Y la cosa del oficio no calificado no es NÁ tan fácil y bonito como lo promocionan los de las Visas de Trabajo y Vacaciones que te hacen creer que lavando platos te vas a hacer más millonario que Donald Trump.

Y ojo, que no digo que hacer este tipo de trabajos sea indigno. De hecho, no se descarta que haya gente a la que le gusten, pero si yo hubiera sido una de ellas no estaría escribiendo este post.  Así que aquí les dejo mi TOP 5 de pegas del terror, en orden ascendente de horripilantez:

Number Five: Promotora

En Chile nunca me agancharon para ser promotora. No sé por qué motivo, si yo hallo que tengo buena presencia. Pero acá, fue como que mandé un mail a la agencia, me pidieron mis datos y listo, porque ¡para repartir volantes no se necesita ser Kyle Minogue, oiga! Y en honor a la verdad, esta pega  no está ni mala. Tiene la gran gracia de que es fácil y pagan terrible de bien. El gran pero es que es LO fome.  Las cuatro horas que duran las promos se hacen eternas y no es que uno ejercite mucho el inglés diciendo “hello, take a look of this, thanks, have a LOVELY day!”.  Si no hubiera sido por la compañía de mis amigas promotoras (casi todas latinas, porque somos una mafia) me habría quedado dormida parada, caballo style. Por eso, cuando se vea tentado a pedirle al cielo una “pega fácil”, piénselo dos veces, que se le puede cumplir.

Number Four: Vendedora Puerta a Puerta



¿Usted cacha a esas personas que le van a tocar la puerta mientras la teleserie está en lo mejor para tratar de venderle algo que usted NO necesita? Bueno, yo fui una de esas. Poquito rato, porque hay pocas cosas más horribles que ser ESA persona. Sobre todo cuando te mandan a - prácticamente - estafar gente,  te pagan por comisión, te llevan a los barrios más brígidos de Adelaide, dónde viven los “yonkies” y te abre la puerta un guatón en pijama sin dientes que te dice WHAT THE FUCK YOU WANT? Usted se preguntará… habiendo tantas pegas para escoger, ¿por qué alguien querría hacer eso? Porque aparentemente,  los que son buenos engrupiendo drogos, se echan al bolsillo fácilmente entre 400 y 800 dólares DIARIOS.  Yo no fui una de esas (los guatones en pijama me amedrentan con facilidad) así que duré exactamente una semana como vendedora door to door. Vaso medio lleno: conocí el lado oscuro de Australia. A mí no me vienen con cuentos, longy. chiaaaaaaaaa


Number Three:  Vendedora de Caridad




A uno le venden esta pega diciéndole que es SUPER FUN y que puedes ganar el dinero que TÚ quieras y trabajar los días que TÚ quieras. Te dicen, además, que estarás ayudando a una súper-bakan-madre-teresa organización sin fines de lucro y que te darán training gratis, por lo que no se requiere experiencia. En la práctica, esto significa: ganar por comisión (otra vez), sueldo base inexistente, training todos los días desde las 7:30 am y, la peor parte, tener que mamarte sin chistar el abierto rechazo de las personas (gente poco cristiana, pero honesta, eso sí). Si tienes el don de la palabra y buena pinta, capaz te haces hasta 500 dólares diarios en comisiones. Pero  a mi como que el verso me sale en español, no más, porque  con suerte  capté seis o siete donadores en tres semanas.  Aparte, me comí irreproducibles epítetos de unos  personajes que por muy rubios, la cara de imputados no se las saca nadieN. Viendo el vaso medio lleno, al menos me sirvió para ampliar mi vocabulario informal- inculto.

Number Two: Vendedora de vestidos 100% Polyester



Si usted cree que en el primer mundo no existe la explotación y los jefes como el lolipop, está TERRIBLE de equivocado. El dueño de Copycat Fashion, Rundle Mall (aka CRAPYcat) es probablemente uno de los seres humanos más detestables que he conocido en la vida.  Pagaba menos de lo legal, evadía impuestos descaradamente, tenía a una pobre cabra de por allá por Malasia trabajando los siete días de la semana y nos presionaba a vender y vender, pese a que a la tienda entraba pocaza gente (está súper escondida ) y el viejo cagao ni siquiera invertía en publicidad.  Cómo sería de miserable, que una vez a una adolescente gordita le metió con forcep un vestido que no le “dentraba” y cuando la niña lo quiso devolver, el muy desgraciado no accedió, y eso que lo amenazaron con denunciarlo al Sernac de Australia. Y les digo: hay que tener estómago para venderle vestidos feos a las lolitas, sobre todo cuando están ilusionadas con verse encachadas para su “prom”. Lo único positivo de este trabajo, fue que cuando renuncié me di el gran gusto de cumplir el sueño del pibe,  la fantasía no-sexual más extendida entre la clase trabajadora: mandé a la XUXA  a mi jefe. Con escándalo.  En inglés. Tantos años viendo películas de Joliwud de algo me tenían que servir.


 Number ONE! Repartidora de correo basura



Acá en las Adelaidas aún se usa mucho eso de la publicidad por catálogo. Y no es como que viene en el diario, como la revista de Falabella, sino que te la traen directo a tu hogar. Y bueno, no son precisamente los de la oficina de correos lo que te dejan el turro de Junk Mail en tu casilla particular. Son otros los que hacen ese trabajo. Y esos otros son los seres más explotados y abusados de este país. El último eslabón de la cadena trófica.

Esta pega la tomé en un momento de desesperación total. Llevaba tres meses sin trabajo estable desde que mandé a la mierda al dueño de Copycat (ver apartado anterior) y la Olguita Marina me estaba consumiendo. Así que un día, con mi amiga y vecina Andrea, decidimos que no era malo salir a repartir catálogos. Por último, para tomar airecito y hacer ejercicio. “Be paid for walk!”, decía el anuncio. Así que  mandamos la application y en tres minutos nos llamaron para decirnos que sí, que fuéramos a por los catálogos. Lo que no sabíamos es que además de meter el turro de publicidad en los correos del vecindario asignado, había que  compaginar y DOBLAR las cagás, pega en la que se nos fueron unas seis horas de tiempo, y con ayudantes más encima. Luego, salimos a repartir, con los carritos con los que compramos la fruta y verdura en el mercado.  

En resumen: fueron dos días infernales. Nos llovió, quedamos todas embarradas, los catálogos no se acababan nunca, se nos rompió el carrito, nos mandaron a un sector que era puro cerro, caleta de casas tenían letrero de “no junk mail” y al final del primer día nos queríamos puro matar-nos. Lo peor: percibimos una remuneración de 50 dolaritos por cabeza, con los que compré confort, lavé la ropa y me abastecí de pasajes para la micro. Viendo el vaso medio lleno: quedé con las nalgas de acero. Por una semana.

Así que ya sabe ya. La próxima vez que se vea tentado a renunciar a una pega porque le cae mal el jefe o porque sus colegas son buenos para el cahüín, acuérdese de: a) ver el vaso medio lleno  y b) siempre hay un trabajo más de mierda que el suyo.

FIN.

lunes, 1 de agosto de 2011

Ridícula y Mantenida


Primero que nada, pido disculpas públicas por haber dejado botella el blog todo este rato. Tengo una excusa: estaba buscando pega. Y fue tan agotador el proceso, que se me quemaron todas las neuronas creativas del escribimiento castellano. Pero por fin encontré pega (ver foto ) así que ya me fluye la actividad cerebral nuevamente. Mis reflexiones post búsqueda a continuación:

El primer trabajo que tuve en la vida fue a los 10 años, de “lavadora de autos”. Era una empresa familiar: salíamos con mi hermano a ofrecer nuestros servicios a los vecinos de la Pichi Pelluco, ahí en Puerto Montt. Se nos hacía un negocio bastante prometedor, ya que como se rajaba lloviendo 360 días al año, los tocomochos pasaban cochinos.  Pero la verdad es que la negocia no era lo que se dice lucrativa. Con  los 100 pesos que nos ganábamos por auto, alcanzaban para unas pocas laminas del álbum de El Cuerpo Humano y unos cuantos dulces ½ hora.


También, algunas veces, le ayudaba a mi abuelito Juan a cosechar papas en su parcela camino a Entre Lagos. Me pagaban con bolsas de dulces y a veces con monedas, que se veían severamente devaluadas en el almacén campestre que quedaba como a un kilómetro, lo que era un gran incentivo para el ahorro.




Luego, a eso de los 15 años, me dediqué a la confección y venta de chocolates de calidá. Esto, gracias a las enseñanzas que me traspasó mi tía Nana, quien además (aprovecho de hacerle un homenaje) me envío mi torta de cumpleaños vía Tur Bus desde Osorno hasta que cumplí 25.

Con ese negocito sí me fue bien, hasta que unos delincuentes comunes entraron a robar a mi casa y se llevaron toda mi ganancia del mes. Trauma. Nunca más le trabajé un peso a nadieN, hasta que salí de la U y comencé a chambear de periodista y pude abrir una cuenta corriente donde ningún ladrón, salvo el banco, pudiera meter sus manos.

La verdad es que no me había cuestionado mayormente el hecho de haber sido una vil mantenida durante prácticamente 24 años, hasta que me vine a Aussieland. Porque acá casi todos los universitarios trabajan. Bueno, probablemente los hijos de John Coles/Juanito Líder no, pero la gran mayoría tiene algún tipo de peguita, incluso desde que están en el colegio.

El contraste con la Chilean way es evidente. Lo dice incluso el Lonely Planet  edición South America en su sección “Chile`s Sociaty”: “Typically, Chileans live with their parents till they get married and family  support them while they are studing”. Traducción: somos unos mamones.

Obviamente hay notables excepciones, pero una rotunda mayoría de los universitarios– me incluyo – nos dedicábamos a estudiar (un poco) y a echarnos a tomar Dorada en los pastos (3 por luca).  Claro, trabajar en Australia es harto más atractivo. Un estudiante que garzonea 2 veces a la semana puede fácilmente hacerse con 400 dólares al mes. Imagínense cuántas Doradas se puede comprar con eso. Pero en Chile, con cuea ganas 1.800 pesos la hora y un caramel latte en el Starbucks.




Claro, el pasado pisado y  el problema no es problema, como dice el filósofo Arjona. PERO cuando uno se va a  Australia y no puede trabajar de periodista y tiene que buscar pega de mesera o que se yo, ahí sí que se echa de menos saber hacer algo realmente útil. Porque para que se vayan enterando, acá en las Adelaidas si no tienes experiencia, o un Certificate II en lavar platos y servir mesas, nadie te pesca. 

Por lo mismo, la práctica de inventar pegas en los CV está sumamente extendida entre los extranjeros. Nadie va a llamar a Chile para preguntar si trabajaste o no trabajaste en el Blass Bar entre el 2002 y el 2004 (si alguien pregunta, yo sí trabajé ahí ah). Sin embargo, uno NO puede hacer como que sabe hacer café expreso, o hacer como que sabe preparar cocktails, ve? Más encima, por un motivo misterioso que aún no logro comprender, tener título universitario es MALO, ya que uno está sobrecalificado.

Yo, por pura cuea que tengo, conocí a un señor dueño de un Café que había ido a Chile de vacaciones y lo encontró lo más dije que hay, así que le caí en gracia, me hizo una prueba y quedé. Ayudó también que dejé de remar contra la corriente e hice el famoso curso de Bar y Café. Así que ahora soy Periodista, Mesera, Cafetera y Bartender.  ESO si que es estar sobrecalificada, señor empleador.


Así que ya saben. Si tienen críos, les recomiendo que los alienten a pitutear desde chicos, por si al lindo se le ocurre irse de Working Holidays al extranjero, que tenga alguna cosa real que poner en su Resume. La otra opción es que estudie Ingeniería Bilingüe. Por lo que he visto, esos encuentran pega en todos lados.

FIN.

lunes, 25 de abril de 2011

Lo que pude haber sido pero no fui



Últimamente me ha dado una cosa existencial, probablemente relacionada con la próxima llegada de “Los 30” (chan!) que no alcanza para crisis,  así que podríamos decir que se trata de una (re)visión retroactiva del proceso de vivir (para que no suene tan chanta).

Esta mini-crisis existencial se ha visto impulsada por el hecho de que no he logrado encontrar un buen trabajo en Australia. Porque para que les voy a vender la pomada: NO es fácil encontrar un buen trabajo, ni en Chile, ni menos en Adelaide, que por muy primermundista y la cacha de la espada, es todo lo que se dice PUEBLERINO. De hecho, ahora que lo pienso, Chile y Australia se parecen ENE: son países aislados por la geografía, poblado a punta de ex convictos europeos, gigantescas áreas de territorio prácticamente imposibles de llenar con seres humanos, con población aborigen reprimida y una mezcla de influencias foráneas que hacen difícil cachar que miéchica es LOCAL. Pero weno, una de las cosas que NO fui es Sochiologa, así que vamos al granulo.

Como les decía, me ha costado un kilo encontrar trabajo acá, primeramente por la barrera idiomática (lo que en el caso del Periodismo es crítico) y segundo, porque si quiero trabajar, por ejemplo,  como masera, necesito un Certificate 3 en Meserismo y “plenty of experiece”.  LOCAL experience, eso sí, y cuando digo local es South Australia, porque incluso a la gente de otros estados les cuesta empezar a trabajar acá.  Bueno, salvo que sea de cleaner, pero hasta para eso se necesita experiencia (ya me dijeron que haber limpiado el wáter de mi casa no cuenta).

Es así que mis cuestionamientos existenciales se han vuelto cotidianos. Literalmente, imagino que me iría mejor acá si hubiera estudiado lo que quería cuando tenía 10 años. Una de esas loas profesiones que uno mencionaba cuando le las tías feas, gordas y mal maquilladas te preguntaban “yyyy mijito, qué quiere ser cuando grande?”.

He aquí algunas de las vocaciones que no se desarrollaron y en las que seguro tendría más futuro acá que en Chile:

No fui: Diseñadora Famosa o Peluquera de gente con plata

Sí, como lo leen:  yo quería ser peluquera. No sé si hubiera sido muy buena, eso sí, pero de que me gusta la estética y de que me fascina ir  a la peluquería y ver revistas de peinados, me gusta. Recuerdo que cuando peque tenía una nana súper linda que se llamaba María, y tenía el pelo negro, liso y laaaaargo. Yo amaba hacerle peinados y ella se dejaba, porque decía que era relajante.  Luego, María se casó con un Carabinero y ya no fue más mi nana, así que empecé a hacerle peinados a las pocas muñecas que tenía y a cortarles el pelo, que luego quedaba todo macheteado, porque- y esto lo entendí demasiado tarde -  las muñecas tiene el pelo de plástico, o sea, no tiene la caída de la fibra capilar humana.

Otra cosa que me gustaba hacer cuando chica era trajes para una Barbie que me regalaron para una Navidad.  Era una Barbie playera, que solo traía un bikini tropical nada de apropiado para el frio puertomontino, así que yo agarraba cualquier pedazo de tela y le hacía ropita. Y en serio, me quedaba súper wena la ropa, oie.
Parte de esta vocación perdida la he volcado en ver programas tales como No te lo Pongas (con Stacy y Clinton), Project Runway, America`s Next Top Model y antes de que lo cancelaran, Fashion Emergency.

En fins. Lo más cerca que he estado de desarrollar esta veta fue cuando trabaje en Copycat Fashion ( que MAL nombre) vendiéndole vestidos  100% poliéster a australianas con mal gusto.   Cero glamour, gaia.


No fui: Estrella de Ró

Como a mí me gusta la música (bakán) alguna vez hice el intento de tocar guitarra. Partí con canciones de los Beatles que me enseñó  Julito Bonito y luego aprendí a leer  acordes y tablaturas y me lancé a los brazos del Brit Pop y el Punk (o sea, canciones de 3 a 5 notas y que no requieren ser muy afinado). Sin embargo, en lo que a música – y varias otras cosas – respecta, el talentoso de la familia es mi hermano, Felipe.

Una pena, ya que acá en las Adelaidas, la gente si puede pagar cuentas con la música y de hecho, puede vivir bien. Y no siendo famosos, sino que simples músicos callejeros o de esos que tocan en los Pub “alternativos”. Algunas bandas son re malas, pero hay varias bastante interesantes y según he visto, pueden hacer carrera en eso,  sin necesidad de ir a American Idol a cantar baladitas.

Mi  falta de talento musical no implica eso sí que no siga fantaseando con ello. Es por eso que juego Singstar en el Play Station de manera regular (soy seca) y no pierdo oportunidad de “tocar batería” cuando voy a la casa de alguien que posee Guitar Hero, Rock Band o cualquiera de sus derivaciones. Así que a estas alturas, mi ambición artística se reduce a comprar mi propio Rock Band apenas el presupuesto me lo permita.

El que sí podría hacer carrera musical acá es Novio, que canta bacán y le toca la guitarra, pero está más concentrado en la Ingeniería Química, por el momento.


No fui: Actriz de carácter en Joliwud

Cuando estaba en el colegio, participé en varios “schetch” y obras amateur, y la profe de teatro me decía que yo tenía cualquier talento. No lo creo, sobre todo considerando que estaba siendo comparada con niños de colegio que básicamente estaban pintando el mono, pero ella insistía.

Acá también, mi amiga Tash me dice siempre “Valeria, you are SO dramatic”. Yo no lo creo TAN así, pero novio dice que sí es cierto que le pongo pigmento a la expresión de mis emociones.
A lo mejor, debí ser actriz. Pero no. No, porque mi amiga María me dijo que más que el talento, lo que se requiere para hacer teatro es DICIPLINA y vocación, y yo, de eso, tengo re poco.

Anyway. ¿Aplicaciones prácticas de esta carrera en Adelaide? Hay varias agencias que piden Extras para las escenas de series, películas y comerciales, pero los muy VACA te obligan a hacer un “book” que SOLO cuesta 250 dólares, IVA incluido.

Igual, pagan re bien! Así que tal vez debiera invertir los 250 dólares y cruzar los dedos para que el director de la próxima película rodada en Adelaide necesite una “jovenzuela de pelo y ojos oscuros con cara de guagua y tatuajes”.

Respecto de mis opciones en Joliwud… bueno, está visto que para ser actriz de películas pop-corn no hay que ser muy talentosa. Ahí tiene a Megan Fox, que como actriz es una excelente estrella porno. Pero como yo no soy ná como Megan Fox, sino que todo lo contrario, no me veo mucho futuro. La otra sería explotar la cosa Latina, pero mientras exista Sofía Vergara… ni una posibilidad.



No fui: columnista seria y respetada

No voy a pecar de falsa modestia. Yo sé que sé escribir. O sea, mi ortografía es, valga la redundancia, como el orto, pero word lo arregla todo. Redacto decente, y digamos que tengo algún par de ideas que me gustaría fueran escuchadas por la OO.PP. Peeeeero… escribir columnas serias, sobre cosas importantes, se me hace que debe ser estresante.

Primero que todo, para que algún medio publique mis geniales y opinativas ideas, tengo que ser alguien o bien tener muchos pitutos y un apellido vinoso o compuesto (Valeria Morenovic-Yáñez podría ser) y no cumplo con ninguna de las anteriores.

Segundo, tendría que aguantar a una tropa de lectores furibundos y odiosos hacer mierrrrda mis columnas, solo por el hecho de que tiene tiempo para hacerlo. Y la verdad sea dicha, mi corazoncito es muy sensible como para exponerme voluntariamente a los troll.
Tercero, y muy importante: si alguien me pagara por escribir weas (como esta) lo haría encantada. Pero seguro que al rato me empezarían a “sugerir” temas de los cuales no me nace escribir y ya no sería divertido. Y para mi, al menos, el punto de escribir es que es súper divertido! lo dije y qué!

Aplicaciones prácticas de esta carrera en Adelaide, South Australia, Oceanía: NI UNA. NadieN habla español, mucho menos español valeriano, mucho menos me van a pagar por ellos. Qué escriba en inglés? Sí, es que es TAN fácil oye!

FIN

PS: la última parte de este escrito no está ilustrada, ya que no encontré ninguna foto donde saliera escribiendo cosas serias y respetadas.

lunes, 21 de marzo de 2011

Valeria la del barrio



Cuando con el novio nos ponemos filosóficos, nos da por  reflexionar sobre lo feliz que fue nuestra infancia en un barrio típico de pueblo chico - en Constitución y Puerto Montt, respectivamente. - y de lo re-bakán que sería  criar a nuestros futuros pollos así, lejos del diabólico ruido, el tráfico, la nube de smog piuj , la lluvia ácida y todos los peligros asociados a la vida capitalina. Lo vemos medio difícil y quién sabe dónde nos lleva la vida, pero ahora que vivo en un pueblocu de nuevo (lets face it: Adelaide is a TOWN) y veo a los cabros chicos yéndose solos al colegio porque nadie se los rapta , me dan puras ganas de vida pueblerina de nuevo.

Y es que haber crecido en un barrio que era como la versión macro de la vecindad del Chavo realmente fue un privilegio. Por eso, he decidido dedicar este post a la población más pulenta de la décima región de Chile: la PICHI PELLUCO.

Ya, antes de que se rían del nombre de mi barrio de infancia, dentro a explicar:  Pichi Pelluco significa PEQUEÑO Pelluco, y fue bautizada así porque cruzando el cerro que estaba frente a mi casa, estaba el popular balneario aquel, donde íbamos con mi hermano a cagarnos de frio todo el verano. Ahí vivimos 4 de los 5 años que pasamos en Puerto Montt,  en una casa de madera de un piso, enorme, que ahora es un centro de distribución de Abastible (snif). Una casa con cerco de madera que no asustaba a nadie y que aún aparece en mis pesadillas, cuando sueño que viene un malo y trata de abrir la puerta por fuera y el pestillo interior no funciona. En la vida real esto nunca ocurrió, ya que pese a que la pobla era medio brígida, nunca pasaba nada de esa magnitud. Lo que si ocurrió una vez, fue que alguien se robó la puerta del cerco, imagino que para hacer  fuego.  No lo culpo mucho al señor ladrón, ya que en Puerto Montt de Chile se rajaba lloviendo 11 de los 12 meses del año y la leña era bien cara oiga!

Igual, esos días que no llovía y que incluso había ese cielo azul de que habla la canción de Los Iracundos (que CLARAMENTE nunca estuvieron en Puerto Montt)  nos pasábamos todo el día jugando en la calle y en la plaza que en vez de pasto tenía conchitas de almeja.


 Por todo lo antes mencionado es que  cuando veo a los cauros chicos encerrados en el patio de su edificio o del condominio, me da como un algo en el pechito. Uno que creció a la Papelucho, (8) libre libre como el viento (8) siente que algo anda mal con este modelo urbano, donde los mocosos con suerte ven la luz cuando van en el auto camino al Mall. MAL.

Como sea, mi infancia papeluchistica fue un lujo y ahí les van las razones que hacen de la Pichi Pelluco una pobla DE CULTO.

Los vecinos variopintos y Kiko

Realmente, al menos cuando yo viví ahí entre el 90 y el 94, en mi cuadra había de todo pero de TODO tipo de gente. Estaba el señor taxista, el suboficial de Carabineros, el profe, la familia pechoña, el futbolista de Deportes Puerto Montt, etc . Y por supuesto, la familia pudiente de la manzana, a cuyo primogénito le faltaba el puro traje de marinerito. El mocoso en cuestión se llamaba Carlos Alejandro. Le decían “cabeza de playmobil”, porque tenía un singular peinado pelelístico con la parte de arriba achatada. El guatoncu ese SIEMPRE tenía todo los juguetes de moda. Fue el primero en cambiar el Atari por un Nintendo (original), el primero en tener mountanbike, y el que más molestaba al “Luchito”, que era un niño al que, ahora que lo pienso, lo tenían de goma en la casa, para los puros mandados. El guatoncu desgraciado le cantaba algo así como (8) Luchito esclavo, picando leña, lavando ollas, Luchito esclaaavo (8).

En esa misma familia, había una niña que era media fofita, a la cual criaban puras señoritas solteras. Eran como mil tías y todas bien copuchentas y pechoñas. Me acuerdo que a esa niña no la dejaban salir mucho, porque le podía pasar “algo”, y de hecho le pasó, porque un longy una vez se la trató de llevar al cerro, pero el guatón cabeza de Playmobil avisó en la casa y menos mal no le pasó nada. Ahí, las restricciones para fofita se acrecentaron y como que perdimos onda. Nunca más supe de ninguno de ellos  y ni me acuerdo de su apellido como para buscarlo en Facebook. En realidad, a esa edad, los apellidos daban lo mismo.

Mateo, el perro

Había un vecino, el Roberto, que tenía un pastor alemán de nombre Mateo que era loco pero LOCO. El perro era el dolor de cabeza de todas las dueñas de casa de la cuadra, ya que dejaba la pura sopa en los jardines, mordía la ropa, se metía entre las piernas y hacía que te cayeras, etc. En ese tiempo no existía regla alguna sobre tenencia responsable canina y weas, así que nadie reclamaba tampoco porque el perro andaba suelto todo el día haciendo maldades. Una vez, recuerdo, mi santa madre enceró el piso con mucho esmero y pasó chancho eléctrico y luego tuvo la mala idea de abrir la puerta para ventilar mejor. El perro se metió a la casa, dejando TODO lleno de barro, mientras la Gicha le gritaba MATEOOOOOO, PERRO DE MIERRRRDA!!!!  a todo pulmón.

Pero la mejor gracia de Mateo, el perro, fue que se le atravesó en el camino al guatón cabeza de Playmobil , mientras este iba en su mountainbike, y lo hizo sacarse la cresta y media. El pobre Carlos Alejandro se quebró el brazo y aún recuerdo sus chillidos (y las risas de todos los otros cabros del grupo, que le tenían mala porque era pudiente). Igual, después el guatón rio último, porque los papás le regalaron Super Nintendo para que no llorara más. Interesado el guatón: yo me partí la cabeza como 3 veces peluseando en la calle y lo único que pedía eran cuadernos para dibujar.



Los pacos eran súper amistosos

Había un retén de Carabineros como a dos cuadras de mi casa, así que la relación paco-civil era de cooperación mutua más que otra cosa.  Nunca me olvidaré cuando una de las tantas veces que mi hermano se perdió (su GPS interno le apareció ya bien crecido) atinó a ir a los pacos y estos, preguntándole cómo era la casa, llegaron a tocar la puerta para devolver al cabro de mieerrrrrr. Lo traían de la mano al perla, y comiéndose un dulce.

En otra ocasión, me quedé encerrada “por fuera” y me entró la desesperación, porque tenía agua hirviendo en la tetera. En mi mente infantil, imaginé que la tetera se iba a recalentar y que mi casa iba a explotar y salí corriendo donde los señores Carabineros para pedirles ayuda. Los verdes (dos) fueron y con sus implementos bakanes de paco abrieron la puerta, para que yo pudiera apagar la tetera que se quemó entera, y llamaban al cuartel por radio y todo como para darle más glamour al asunto.  Les tenía cualquier buena a los policías y por eso me aprendí el himno que dice (8) dueeerme tranquila, niiiiña inocente (8) sin chistar y todavía me lo sé, pese a las mojadas del guanaco.

El almacén de la esquina

Esta es una cuestión que definitivamente echo de menos, sobre todo ahora que vivo bajo la tiranía del retail y no hay dónde xuxa comprar nada cerca de la casa si no es en el Coles. Igual, si uno se remite a lo netamente práctico, el almacén de barrio definitivamente no era del todo conveniente, los productos eran de dudosa calidad y mucho más caros que en el supermercado. Pero había cierta magia en poder ir a pedirle fiado ¼ de mortadela lisa al tío del negocio.

Con mi hermano lo que más comprábamos, eso sí, eran unos dulces productores de caries de nombre Kriko, si mal no recuerdo, que eran como unos Natur pegoteados con caramelo, o sea, eran como la prehistoria de las barras de cereal. Esos valían 30 pesos y si lográbamos subirnos a la micro sin pagar, podíamos pasar a por varios todos los días.

La dueña del almacén de mi barrio se llamaba Polonia y me acuerdo que encontraba que era el nombre más cool del mundo y que si alguna vez tenía una hija, le iba a poner igual. Después la señora Polonia sufrió una tremenda tragedia... su hijo adolescente murió en un accidente de tránsito, donde el único sobreviviente fue un cabro que por webviar tenía un casco de moto puesto. MAL. A los tiernos 10 años vi con mis propios ojales dos cosa. Uno: que la muerte llega así,  de un minuto a otro,  y dos:  que la vida continúa. La señora Polonia cerró el boliche por duelo  3 días, luego abrió, siguió atendiendo, y vendiendo Krikos a 30 pesos. Como siempre.

THE END

lunes, 7 de marzo de 2011

Carta abierta a los anti tele a color


Introducción

El otro día a la rusia Pérez se le ocurrió pedir en Facebook que la ayudaran a recordar todos los famosos que había pasado alguna vez por FRIENDS.  Hagamos al tiro un stop. Si usted no sabe qué es FRIENDS, entonces abandone mi blog de inmediato, vaya a ver un par de capítulos de la mejor  sitcom de los 90 y vuelva. Ok, continuemos.  La Rusia estaba complicada con su ñoñez, pero a ñoña, ñoña y media, ya que la mitad de los 30 y tantos post que recibió eran míos (aplausos). No solo eso… además, me acosté pensando en el tema y no me pude dormir en paz hasta que volví al PC  a agregar otros 3 famosos invitados. (suspiros).

Desde que comencé este blog he hablado ridiculeces sobre películas, canciones, video clips y  teleseries. Pero he estado, por meses, ignorando uno de los mejores, más creativos, más geniales, más influyentes productos culturales de la era moderna, o sea, LAS SERIES.  Cómo es eso posible Valeria por Dios!
Bueno, nunca es tarde para enmendar el error. Y lo haré  a modo de carta abierta a todos los que viven reclamando contra la mal llamada “caja idiota”. Aquí les va.

Estimados muertos por dentro:

Desde que se inventó  la tele (en blanco y negro) ustedes se pusieron en firme campaña para denunciar los males que este instrumento del demonio llevaban al seno familiar. Que los cabros chicos estaban idiotizados, que el entertainment  era el opio del pueblo, que la gente ya no leía, que la cacha de la espada y la guitarra de palo. PATRAÑAS. Si ustedes fueran tan inteligentes como dicen ser, sabría, como dijo el gran alquimista, que “La dosis hace el veneno”. Así que una cosa es que la gente se pegue a la pantalla todo el día comiendo papas fritas (como la mamá de Precious) y otra es que toda la programación televisiva sea basura. Si ustedes creen eso, es porque NUNCA han visto una buena serie.

Para que se enteren, si el cine es el Séptimo Arte, las series son el Octavo. Por andar de anti sistémicos, ustedes no tienen ni idea de lo que se están perdiendo. Para empezar, los últimos 10 años los mejores productos culturales producidos en el planeta han sido series, no películas. Mientras el cine va de mal en peor, con comedias escatológicas de dudosa comicidad y dramones lacrimógenos y (DIOS!) vampiros vegetarianos, las series suben y suben de nivel. NO puede ser casual que tantas estrellas de cine estén avocando sus carreras a la telita en vez de seguir participando en secuelas de secuelas de precuelas.  No señores. Esto ocurre porque las mejores historias, los mejores guiones, los mejores personajes, están en la pantalla chica que ustedes tanto pelan.

Ok, no siempre fue así. Salvado por la Campana no era exactamente lo que se dice brillante, pero todos los que fuimos teen en aquella época seguimos la historia y queríamos saber si Kelly Kapowski se quedaba con Zack Morris o con el otro loco.   Así que no me vengan con que la televisión es pura basura desechable, porque si fuera así ni yo ni muchos noventeros se acordaría siquiera de Kelly Kapowski y su chasquilla escarmenada.

Si aún no los convenzo, les dejo una lista de mis series favoritas de todos los tiempos a ver si le dan una oportunidad y se dejan de pavadas ultronas.

Friends

Novio solía decir que no le gustaba mucho Friends porque no tenía continuidad, o sea, uno se podía perder capítulos y no pasaba mucho.  Claro, los nudos dramáticos que regían la vida de los 6 amigos de Nueva York no se anudaban y desanudaban a cada rato, porque bueno... en la vida real tampoco es así.  La vida de los Friends no era muy intensa: básicamente, se la pasaban en el departamento de Mónica, en el Central Perk o donde Chandler y Joey. La casa de Phoebe apareció contadas veces al igual que la de Ross, hasta que se fue a vivir donde Ugly Naked Guy. Pero es que ese NO es el punto. Lo mejor de FRIENDS es que es como la vida misma, y si pasa en Friends, para en la vida. Friends es a mi juicio la mejor comedia televisiva EVER y por eso duró 10 años y los actores llegaron a ganar un millón de dólares por capítulo . 
Además, tiene la mejor banda sonora original y adaptada.






Gilmore Girls

No conozco muchos hombres a los que les guste esta maravillosa serie, salvo a Julito Bonito que estaba enamorado de Lorelai Gilmore. Y sí, tal vez es una serie para niñas, pese a que Rory es más rica que el pan con pate La Piara. Para el que nunca la vio, se trata de una madre soltera que tiene una inusualmente cercana relación con su inusualmente madura hija adolescente, casi  que de amiguis. Paralelamente, la Lorelai (que quedó chaqueta a los 16 años) se lleva como el forro  con su madre,  porque ella es abajista y la vieja  es toda aristocrática nueva Inglaterra style.

La cosa  es que Lorelai quiere que su hija no sea tan abajista, por lo que le pide plata emprestada a la vieja y al papá para pagarle el colegio particular a Rory y así ella pueda cumplir su sueño de ir a Harvard. Pero el préstamo tiene letra chica: Lorelai y Rory tienen que ir a cenar todos los viernes a la casa pituca de los viejos, vestidas pitucas para comer comida pituca en una mesa con mil cuchillos y tenedores  y llevarse mejor con los abuelos. Y bueno, todo esto ocurre en un pueblito ficticio de Nueva Inglaterra donde toda la gente es freak.  Eso no importa. Lo importante es lo que le va pasando a las Gilmore y los novios que tienen y las cagás que se mandan.  

Todo eso, con un guión lleno de referencias culturales, políticas, literarias, etc, que tiene como 1645273 palabras por minuto porque las Gilmore hablan hasta por los codos. La serie duró 7 temporadas, así que imagine cuantas palabras tuvo en total. MUY WENA.


E.R

Esta sí que es larga.  15 temporadas duró la serie sobre la sala de emergencias del Chicago County Hospital, donde llegaba cada caso oiga! Claro que como suele ocurrir en las series de médicos, los casos cambian y los doctores son los importantes. En este caso, MUY importantes, porque lo mejor de la serie son los personajes. 

De aquí salió George Clooney haciendo por primera vez de George Clooney y creo que es el único que saltó a la fama en las películas, porque la verdad es que todos los otros actores son los típicos interpretes “de carácter” pero ni tan bonitos, así que no les ofrecen papeles en Joliwud. No importa, yo AMO a Doctor John Carter y al Doctor Luka Kovac y hasta a Morris que empezó siendo muy pelmazo pero después ya era buen dostor. Personaje favorito: Dr. Mark Green, quien (spoiler) se muere de cáncer en la temporada 8 que me la lloré toda. Porque eso es lo malo de esta serie: tiene la mayor mortalidad de todas las series que he visto!!! Se mueren ENE personajes y de las maneras más horris que usted pueda imaginar. No importa. SOS GRANDE E.R!


Grey`s Anatomy

Esta es de mis pocas favoritas que aún está al aire y ya va en la temporada 7. Como todas las series de médicos, alterna la vida de los dostores con la de los pacientes y así. La gracias es que para ser serie de pá drama, tiene ENE humor y los personajes son muy ridis. Sobre todo Christina Yang,  que es una china seca para el bisturí y que aunque es más fea que la mentira siempre tiene mino, lo que me encanta, porque así es en la vida real señores!! Hasta cuando con que poner personajes feos solo para que les hagan bulling?  

Otra cosa muy wena que tiene es la pareja gay de Callie y Arizona, que es muy chistosa pero no estereotipada ni llena de panfletos, sino que simplemente ES.  AH! Y la banda sonora es FILETE. Eso si, esta también es serie para niñas, porque los doctores niñitos hombres  están de TODO gusto, en cambio las mujeres son todas normales y la que era yica (Izzie) ya no está. Así que si usted es como Raj Koothrappali y le gustan las series centradas en las relaciones humanas, véala, pero si es macho alfa explosiones-sexo-sangre-perro-papá,  mejor  absténgase y vea Espartaco, que esa la va a encantar!




The Big Bang Theory

La premisa de esta serie es tan simple que da miedo. Un grupo de nerds trata de lidiar con el mundo no-nerd, representado por la vecina rica de  inteligencia promedio, Penny. Obviamente, los tipos son unos ineptos sociales, ya que es serie cómica y hay que exagerar.  En todo caso, la veo más bien porque los personajes son muy wenos! De hecho, Sheldon es lo mejor que tiene y se nota que los guionistas lo saben, porque la mayoría de los capítulos se centran en él.  En resumen, es una serie que no es tan magnífica, pero que genera adición porque tiene todos los elementos para ser “de culto”. La prueba es que hay poleras con la cara de Sheldon que dicen BAZZINGA!!! 




Los 80

No podía dejar fuera la mejor serie chilena de los últimos mil años. Una serie que tiene TODO bueno: historia, guión, banda sonora, actuaciones, caracterizaciones, ambientación, ritmo, profundidad, HUMANIDAD. Los 80 es GROSA.  Tanto así que con novio nos dimos la paja de bajar todos los capítulos de la tercera temporada en formato flash desde la página de Canal 13 para poder verla acá en las Australias. Por si no cacha de que va la historia, es de una familia chilena de clase media que tiene que lidiar con las vicisitudes de la vida y los problemas típicos de la vida ochentera.  Mi personaje favorito es Felix, el hijo menor, porque en cierta forma sus aventuras me recuerdan mi infancia, cuando lo MÁS era tener bici o un amigo con Atari y uno se ponía contento de tener zapatos nuevos o de juntar todas las láminas del álbum. Lo mejor es que a Los 80 le fue la raja, o sea, fue buena y popular, no como El Show de los Libros y todos esos programas que toda la gente dice que ve pero tienen como 3 puntos de rating. Bien por Chile y larga vida a las series de calidad!




FIN

PS: miles de series que me gustan quedaron fuera de esta selección solo por motivos de espacio-tiempo o porque no las sigo de manera religiosa. A todas ellas, presento mis respetos: South Park, House, CSI Las Vegas, La Ley y el Orden UVE,  Breaking Bad, Brothers and Sisters, Battlestar Galactica, Misfits y un largo etc.

PS2: Un saludo también para todas esas series mamonas y/o familiares que marcaron mi infancia y juventud: Alf, Full House, Step by Step, Salvado por la Campana, Beverly Hills 90210, Dawson`s Creek y un largo etc. Sin ustedes, no me habria enterado de los peligros de la droga, la anorexia, las relaciones pre-matrimoniales y la presión social.