Querido viejo guatón:
Mi nombre es Valeria Caterina Moreno Yánez…tú sabes quién soy, no te hagas el weón. Soy la niña flaca y crespita que vivía en Puerto Montt, en la pobla Pichi Pelluco cuando niña y que te pidió todos los años unos patines. Sí, patines, como estos:
Bueno, para que veas que perdono pero no olvido, casi 20 años después, estoy aquí para enrostrarte que nunca me los llevaste. Yo era la única de la pandilla que no tenía y me vi obligada a andar mendigándoselos a mis vecinos. Me siento hasta el día de hoy ESTAFADA. ¿No se suponía que si uno se portaba bien y se sacaba buenas notas el Pascuero cumplía tus deseos? Pues para que te enteres, nunca tuve una anotación negativa y todos los años saqué promedio 6,8. En cambio a mi hermanito, que vivía rompiéndole los vidrios a los vecinos, SI le llevaste su pelota de fuchibol… para que siguiera rompiendo vidrios, me imagino. ¿Qué criterio de selección usas? Te voy a denunciar-te al SERNAC por publicidad engañosa, viejo chamullento.
En fin. Hechos mis descargos, paso a la parte linda de la Navidad , porque para que sepas, yo AMO la Navidad. Voy a ser bien sincera, ah. Nunca creí en tí…Caché que eras una invención folclórica desde bien chica. De hecho, a los seis años le informé a mis padres que lo sabía todo, para que no se desgastaran en arrendar trajes y esas macanas. ¿Cómo lo supe? Simple lógica, longui… ¿Quién podría tragarse que un viejo obeso en trineo puede entregar regalos a los niños de TODO el mundo en una pura noche? Por mucha magia y mucho cambio de hora, no alcanza po Pascuo. Además, los regalos venían envueltos en papel de “Corona, lo soluciona”. Muy mala tu política comunicacional.
Bueno, sigamos. La Navidad en mi casa siempre se celebró en grande, pese a que Julito Bonito y la Gicha no son muy seguidores de Jebús, por tanto, no se celebraba su cumpleaños como en otras casas. Nunca tuvimos pesebre ni fuimos a misa. En mi casa, la Navidad es lo que muchos critican como “fiesta del consumo”, o sea, una ocasión para intercambiarse regalos. TAL CUAL. No tengo complejo alguno por ello, fíjate, porque creo que las cosas folclóricas no tienen porqué tener explicaciones racionales ni menos espirituales. O sea, si fuera por eso, ¿Qué hacen los shilenos celebrando el nacimiento de un profeta judío y la llegada de un viejo vestido de lana en pleno verano? Más encima, los “expertos” dicen que Jebús ni nació el 25 de diciembre, sino que en sus inicios los cristianos buscaron una celebración pagana (el nacimiento del sol/ solsticio) para meter la puntita con la nueva religión oficial. Así que no me vengas a joder.
Yo encuentro que sea cual sea el significado de la Navidad en cada casa, tener un día especial para estar con la familia o los amigos, comer rico y (lo mejor) hacerse regalitos es LO MÁS. Yo al menos, disfruto ese momento en que abro los regalos como si tuviera ocho años de nuevo, porque me encantan las sorpresas y el papel de regalo y la cinta y toda la challa. No tiene porque ser cosas de alto valor económico, no me malentiendas Pascuo. Lo que me gusta es el RITO, aunque me regalen puros calcetines.
De hecho, para que veas que de verdad agradezco tu gestión estos últimos 29 años y que te perdono lo de los patines, te escribí una lista de los regalos más memorables que me hiciste EVER, no tanto por su valor comercial, sino por lo mucho muy feliz que fui con ellos. A saber:
1-Popple:
Es el primer regalo navideño del que tengo plena conciencia. Me acuerdo como si fuera ayer cuando abrí el papel y vi esa cola pompón de colores chillones y salté de emoción. El mono, por si no te acuerdas, traía una especie de marsupial en la espalda, así que se hacía bola (el Transformer de los peluches). El Popple aún existe, pero perdió su cola tras un accidente con la pelela de mi hermano.
2-Bicicross
No fue la primera bici que tuve. La primera fue una de paseo celeste con canasto, que hice cagar saltando en rampla con mis amigotes. Cuando me quedó chica, me llevaste una bicicross amarilla marca “Lahsen” de todo gusto, que saltaba más alto aún que la de paseo. Fue mi mejor amiga y compañera de aventuras en la pobla Pichi Pelluco por muchos años, hasta que salió la Mountain Bike y las bicicross pasaron de moda. Yo, sin embargo, no quise tener bici con cambios y me quedé fiel a mi Lahsen. (Igual que ésta, pero amarilla)
3-Carrera del Saber
Siempre he sido ñoñita, y como a todos los ñoñitos, me gustan los juegos de mesa. El más popular cuando yo era (¿era?) péndex, sin duda fue “Gran Capital”, pero como yo soy regionalista no me gustaba. Además, la economía nunca ha sido mi fuerte, así que era un desastre en eso de comprar barrios e invertir en propiedades. Por eso prefería La Carrera del Saber, un juego muy nerd en el que ganaba el que sabía más respuestas. Traía 6 libritos con preguntas de tópicos como Deporte y Recreación, Historia, Ciencia y Trivia (que era mi favorito). Al final de tanto jugar ya me sabía todas las preguntas y nadiennnn quería jugar conmigo. En fin.
4-Tele a color
En mi casa había una sola tele, de esas que había que cambiar los canales manualmente, hasta que el Pascuero me regaló mi propia telita de 12 pulgadas , con CONTROL REMOTO. Ese fue el punto de inflexión, el momento decisivo, el día D en mi consabida adicción a la pantalla chica. Tampoco es que hubiera mucho que hacer en Puerto Montt, donde llovía 11 de los 12 meses del año, así que no fue enteramente MI culpa volverme una tevita. Aquella tele a color me acompañó fielmente por más de 10 años, hasta que un día, cansada, se apagó sin más. Pero no me da pena, porque todas las telitas se van al cielo.
5- Plancha para el pelo
Aquí me pegué un salto más o menos, porque esta la recibí hace como cuatro años nomás. Pero no por eso deja de ser uno de los mejores regalos de parte de Papa Noel. No es que no me guste mi pelo ondulado, pero ¡vamos! que la chasquilla me queda mejor lisa. Además, nunca más tuve que ir a una peluquería a “peinarme”. Ocasión especial que hay, ahí esta mi fiel plancha para dejarme la pelita brillosa y sedosa. Grande Pascuero!
Eso es todo. Este año no te pido nada, porque tengo todo lo que necesito y porque estoy muy a trasmano. Mejor llevale los regalos que me tenías guardados a la gente que lo perdió todo en el marrrdito terremoto. Ya tendremos nuestro reencuentro, Viejo Pascuero.
Ah… FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!
FIN
PS: va mi video Navideño favorito para todos los que habitamos el hemisferio sur.