lunes, 1 de noviembre de 2010

Jefe, usted es enfermo de weón



Me acabo de pegar mi primera enfermedad en tierras lejanas. Tengo un bicho - súper famoso me dijeron-  que se llama adenovirus. Y como en las Australias hasta los viruses son asesinos, el desgraciado no se contentó con infectarme las vías respiratorias, sino que además me dio conjuntivitis y otitis. Puaj!. La cosa de los ojitos no la había tenido nunca y ha sido del terror, ya que eso de las gotas en el globo ocular no es lo mío. La segunda, no la sufría desde que era chica-chica y mi mamá me ponía un ajo con un hilo rojo en la oreja para aliviarme.

Salvao’ que tenemos seguro de salud, así que nada de ajos. Novio me llevó al hospital público más cercano, donde después de esperar 3 horas me atendieron regio y me mandaron para la casa con diagnóstico, remedios para el dolor y un anestésico para hacer gárgaras. Van los agradecimientos para Adelaide Royal Hospital.

Aunque me siento como el pichulín físicamente, lo que más me tiene mal del adenovirus es que se le ocurrió hospedarse en mi cuerpada días antes de mi estreno en pega nueva. Mala cuea es poco decir, considerando que ese primer día me tocó un training con clientes, sumamente high perfil, al que me no podía faltar. Y bueno, demás está decir que el doctor me recomendó 3 días en cama y no acercarme a ningún otro ser humano puesto que el virus y la conchasuheramana es sumamente contagioso. TUPENDO.

Usted dirá...bueno, la solución era llamar al jefe y explicarle la situación. Pero he aquí el meollo de mi estrés: casi toda mi vida he estado en trabajos donde enfermarse es un pecado mortal. Por algún extraño motivo, muchos jefes consideran que obligar a un funcionario a laborar infectado de virus y bacterias, mocos, tos, flemas o peor, DIARREA, con el consiguiente riesgo para su salud y la del resto, es un must para la productividad. “Pichicateate, levantate y vente a la oficina” me dijeron en más de una ocasión, con voz de poker (supongo que cara también, pero me lo dijeron por teléfono)

Una de esas veces en particular yo no podía comprender en qué sentido era bueno para la imagen de la empresa mandar a una profesional con tos de perro y tercianas a hacer una entrevista, pero weno, jefe manda. Cuando llegué al lugar, el entrevistado en cuestión al verme la pinta de tuberculosa (que por más que uno quiera NO SE PUEDE DISIMULAR)  me sirvió un tecito, me habló con voz compasiva y me mandó a acostar. “Las preguntas mándamelas por mail, chiquilla, nada que ver que te manden así”, me dijo.

Dándole una vuelta al asunto, es posible que este tipo de desconsideración sea parte del ADN tercermundista que llevamos dentro. Cómo olvidar el caso de Kristel, aquella pequeñuela apestosa -  lo dije y qué! – que se transformó en un HIT en Rojo Fama contra Fama, cantando (8) mueve el ombligo mueve oh oh oh yeah! (8). La mini-lola fue tan popular que dio conciertos en todo Chile, incrementando de ese modo el escueto ingreso de su familia, un “esforzado matrimonio de Talcahuano”, según decían los diarios... hasta que ocurrió aquello.

“Me duele la guatita. Se me pegó un yogurt” le explicó aflijida a su público la artista infantil una vez arriba del escenario, debido a que el manager, aka papito,  la hizo actuar igual nomás. Nada de andar inventando enfermedades, no sea floja mijita.

Escándalo. Rojo en el ojo del huracán. Rafa Araneda rasgando vestiduras. SENAME revisando el caso. Cagó tú carrera, Kristel.

Yo empatizo con la cabra.  A mí nunca nadiennn me cree que estoy enferma. De hecho, todo el mundo piensa que soy hipocondriaca. Y ya, reconozco que soy llorona, pero eso no implica que invente enfermedades. Y si me duele,  me quejo, porque no soy ná’ la Teresita de los Andes para dármelas de mártir y esperar que el señoro me sane. La cosa es que como soy pitíá, me pongo malita en promedio dos veces al año, lo que me quita puntos como trabajadora.  Yo encuentro que es LO injusto, porque  hasta los genios se enferman y no por eso se les cuestiona su calidad profesional pues!



Según novio, que vive en un mundo paralelo llamado sueldo y trabajo digno, el problema no soy yo, sino que es la empresa. Novio relata que en su ex trabajo, NADIE trabajaba enfermo. Si te sentías como el pichulín , simplemente avisabas y se ponía a otra persona a cubrir tus responsabilidades hasta que estuvieras en condiciones de volver, y más importante aún, de no CONTAGIAR al resto. De ese modo, el enfermo se recuperaba mucho más rápido y no había otras bajas en el equipo. Sentido común, que le llaman.

En cambio,  uno que es culposa  y ególatra jura que es imprescindible. Pero la verdad de la milanesa es que si la empresa no tiene como cubrir a un trabajador enfermo, es SU responsabilidad, no la de uno.

Recuerdo que en cierta compañía en que laboré ocurría aquello. Tenían el equipo completo de fútbol, pero no tenían banca. Así que, sobre todo los trabajadores que no pertenecían a las elites corporativas, simplemente NO podían fallar. Y no porque la ley no se los permitiera, sino porque la jefatura te hacían sentir un irresponsable de la peor calaña.  Luego, a la primera reducción de personal, estabas en la lista de los indeseables por “problemático”. Así, había gente que por el miedo a perder la pega, iba a laboral hasta con 39 grados de fiebre. La opción (ir al doctor y tirar una licencia) implicaba, eso sí, mamarte un sermón  sobre cómo tu poco compromiso con la empresa iba a provocar un tremendo problema con los turnos y la cacha de la espada. Es más, por TÚ culpa alguno de tus colegas iba a tener que hacer doble turno para cubrirte. Shis, las patitas! Pienso ahora.



Bueno, independiente de los jefes explotadores no falta el mártir por voluntad propia. En esta pega, sobre todo, conocí infinidad de gente que  se jactaba de no haber pedido licencia médica jamás, como si fuera un tremendo logro, algo para poner con mayúsculas y en negrita en el Ridiculum Vitae. Lo peor es que, como para demostrar superioridad sobre ti,  te lo restregan en la cara cada vez que pueden.

“Yo he trabajado con fiebre, con dolor de muelas,  hasta con una hernia, ah!”. Yo respondo, I´m sorry darling, pero la experiencia me ha demostrado que por mucho que te camisetees por tu empresa, si te agravas o te pasa cualquier cosa, uno tiene que aperrar solito. Y solito, tiene que correr con todos los gastos médicos y ni una cochina tarjeta te mandan para desearte que te recuperes. Ni un globito de Snoopy de esos que venden en Village. NADA. Tal como el caballo de La Granja de los Animales que trabajaba y trabajaba sin descanso,  una vez que ya no sirves, te mandan derechito al matadero.

Así que ya saben ya! Todos aquellos que viven este tipo de enfermedades culposas, para la otra cuídense, vayan al dostor, dejen la licencia en secretaría y no miren atrás. A las finales, al igual que las marrrditas enfermedades, que te pelen por cuidarte tampoco es culpa de uno.

FIN.

EPILOGO

La protagonizta de esta historia  se pichicatió, intentó poner la mejor cara posible y  fue a su training High Perfil, pero se la paso toda la mañana en el baño vomitando (disumuladamente). Jefe, al notar su cara de Gasparin, le sugirió quedarse en cama y volver el miércoles, cuando estuviera más recuperada y con mejor aspecto.  Según argumentó, un vendedor con adenovirus no sirve para nada. Sentido común, que le llaman.


5 comentarios:

  1. Ja.. un macho que se precie de tal, no pide licencia cuando esta enfermo... va a la oficina y contagia a todo el resto, especialmente al jefe por huevon...
    Get well!

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  2. Pobre boba. Lo pior de todo y espero que no te pase, no es cuando el enfermo es uno, es cuando el enfermo es tu hijo. La ley considera que sólo los niños menoresd e un año pueden ser cuidados por sus mamás cuandop se enferman, porque al año un día ya son lo suficientemente grandes para cuidarse solos. En flim, la cosa del tercermundismo.

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  3. Uuh,galla,que atroz...y en tierras tan lejanas.
    Que bueno que novio es un sol y te cuida por siempre jamás.

    Pucha yo la verdad casi nunca me enfermo...derrepente dolores jevy de ovario, pero al trabajar con puros hombres como que te compadecen...mínimo po!

    Un abrazo Valita y recupératee!!!

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  4. Tienes toda la razon Val... desgraciadamente el ADN tercermundista es muy dificil de mutar. A mi me costaba ene dejar de trabajar cuando me sientía muy para la cornet... pero hasta que un día, por venir enfermo a trabajar, casi dejo la tremenda escoba al no computar... decidí que es mejor parar 2 días y no andar pal loly como 10 si sigo trabajando..
    En caso que el jefe te webee.... le dejas (como diría Penny de TBBT).. un "sneezer" en la oficina... su buen pack de gérmenes para que se acuerde del dolor ajeno..
    Saludos y recupérate no mas.... ademas un saludo a Novio..

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  5. con el titulo de tu post, me acorde de una cancion de glup!. "puta jefe, no sea mala onda. puta jefe no sea maricon ".. la cahai? , hahah es tillible longi.. y will la tiene en sus archivos° hhahah..
    Yo sufria estas cosas cuando era chica, en mi propia casa.. Sera que me mi mama penso que me pario en calidad de "empleada" para la familia?
    Sniffff

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